Sabemos que la nieve y el hielo no son muy amigos de la carretera. De hecho, conducir bajo estas condiciones puede ser un peligro, para ello puedes ver nuestro artículo de cómo conducir con hielo.
Por todo esto, te hemos preparado una lista con los mejores consejos para preparar tu coche para invierno.
Básicamente, son una serie de pautas que te ayudarán a mantener la seguridad y el estado de tu coche incluso en las peores condiciones invernales.
Además, te ayudarán a prevenir tu vehículo de las 5 averías más comunes en invierno.
Dado que el clima somete a tu coche a un mayor esfuerzo, es crucial tomar algunas precauciones para evitar reparaciones costosas o una avería durante el mal tiempo.
Las baterías de los coches son especialmente vulnerables en invierno. Ya no sólo por el frío, sino también porque las hacemos trabajar más: ponemos la calefacción, calentamos los asientos, el uso de los faros es más prolongado…
Como consecuencia del mal tiempo y del excesivo uso que les damos, la potencia es más lenta y las baterías consumen más energía. Por ello, no les da tiempo a recargarse mientras el coche está en marcha.
Si una batería de coche se cuida bien, debería durar entre cinco y siete años. Pero si hay algún problema, puedes llevarla a un mecánico que pueda comprobar el estado de la batería.
Cabe mencionar que la corrosión puede evitarse manteniendo las conexiones limpias. Esto prolongará la vida útil de la batería y evitará problemas de arranque. Afortunadamente, eliminar el óxido suele ser un proceso rápido y sencillo.
Los neumáticos para todas las estaciones son eficaces para aguantar en carreteras mojadas si vives en una región más cálida en la que la nieve y hielo no son un problema en invierno. Sin embargo, son insuficientes para ganar tracción sobre nieve y hielo.
Nosotros, recomendamos un juego de neumáticos fabricados especialmente para el invierno.
Para que te hagas una idea de la eficacia de estos neumáticos, al llevar neumáticos de invierno en circunstancias resbaladizas, puedes frenar hasta un 40% más rápido que si utilizas neumáticos para todas las estaciones. Esto es gracias a la mayor profundidad de la banda de rodadura de los neumáticos de invierno.
Además, la superficie de los neumáticos de invierno es más pagajosa, lo que facilita su agarre a la carretera.
Una vez que tengas montados los neumáticos de invierno en tu coche, comprueba regularmente su presión de aire para asegurarte de que están bien inflados, ya que el frío puede provocar una pérdida de presión.
Las viejas escobillas limpiaparabrisas pueden estar rotas y no funcionar correctamente como consecuencia del calor y las fuertes lluvias de la primavera y el verano.
Por ello, se aconseja adquirir escobillas fabricadas específicamente para la conducción en invierno. Lo suyo, es hacer el cambio cuando te toque sustituirlas, lo que debe hacerse cada seis meses aproximadamente.
La diferencia entre unos limpiaparabrisas de invierno con unos normales, es que las escobillas de invierno están mejor equipadas para eliminar la nieve, ya que están diseñadas para evitar que la nieve, el aguanieve y el hielo queden atrapados en ellas.
Además, puedes garantizar que tu parabrisas esté siempre despejado llenando el depósito del líquido limpiaparabrisas con un líquido especializado para temperaturas bajo cero.
Además de usar este tipo de limpiaparabrisas, es muy aconsejable llevar siempre un rascador de hielo decente.
Durante el invierno, es crucial mantener una cantidad suficiente de anticongelante en tu coche.
Tu motor no se recalentará y los líquidos no se congelarán si utilizas una mezcla de 50% de agua y 50% de anticongelante. Es decir, agua y anticongelante a partes iguales.
Aunque se puede comprar anticongelante ya diluido, también puedes fabricar el tuyo propio mezclando anticongelante sin diluir con agua destilada en una proporción exacta. Pero eso sí, utiliza sólo agua destilada para proteger los componentes de tu coche de la corrosión.
En caso de que haya pasado tiempo desde la última vez que revisaste tu sistema de refrigeración, también es el momento perfecto para comprobar si funciona correctamente.
Una inspección exhaustiva de las correas, mangueras y tapones, podría ahorrarte dinero este invierno.
Es fundamental cambiar el aceite y los filtros cada 5.000 o 6.000 km para que el motor funcione bien.
Como el aceite fluye más fácilmente y mantiene todo mejor lubricado en tiempo frío, en los meses de invierno debes utilizar un aceite con una viscosidad más ligera que el aceite que usas en verano.
Un aceite 5W-30, por ejemplo, fluirá más fácilmente que un aceite 20w-50.
Para saber qué aceite es el ideal para tu coche este invierno, asegúrate de informarte consultando el manual del propietario.
Puedes informarte mejor acerca de ello leyendo nuestro artículo de cuándo cambiar el aceite del coche.
Lo recomendable es revisar los frenos cada seis meses para asegurarte de que están en buen estado y de que su funcionamiento es correcto.
No obstante, siempre se aconseja revisarlos también antes de que comience el invierno, ya que en caso de que nos fallen con hielo o nieve, podemos vernos en un buen problema.
En cualquier situación, ser capaz de frenar con rapidez y seguridad es crucial, pero en condiciones de resbalones o humedad, necesitarás unos frenos fiables.
Haga el tiempo que haga, nadie quiere quedarse sin gasolina, pero hacerlo en invierno es especialmente arriesgado.
Quedarse sin gasolina en invierno puede ser fatal si vas a hacer un viaje por carretera o pretendes conducir por caminos rurales, así que es buena idea planificar con antelación, incluso para los desplazamientos diarios.
Además, un depósito de gasolina lleno reduce la posibilidad de que el vapor de agua se congele en los conductos de combustible.
Por muy bien equipado que esté tu coche para el invierno, de vez en cuando ocurre lo inesperado y te quedas atascado en el arcén o en una carretera con mucho tráfico.
Si alguna vez te encuentras en esta circunstancia, tener un kit de emergencia en el coche puede salvarte de un aprieto.
Un litro de agua, una manta, alimentos no perecederos (como barritas de cereales), cerillas y pinzas de arranque son los componentes de un kit de emergencia bien provisto.
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