¿Sabes qué es el aquaplaning? ¿Has escuchado el término alguna vez? ¿Conoces el efecto que produce?
Son muchas las preguntas que hay acerca de este tema y, lo cierto, es que no siempre se le presta la atención que se debería. Por ello, hoy hemos preparado un post para que familiarices con el término y sepas cómo reaccionar para prevenirlo.
Para comenzar, necesitamos saber qué es el aquaplaning.
El aquaplaning es un fenómeno por el que puede formarse una cuña de agua entre el neumático y la carretera cuando se viaja rápido por carreteras mojadas. Cuando el neumático pierde la tracción en la carretera, el coche deja de ser maniobrable.
En el momento en que al coche le sucede esto, se convierte en un auténtico problema, ya que si los neumáticos no pueden agarrarse adecuadamente a la carretera, el conductor es incapaz de maniobrar, detener o acelerar el coche.
La probabilidad de que a tu coche le suceda esto es mayor cuando se ha producido una acumulación de lluvia importante en la superficie de la carretera.
Sin embargo, también puede ocurrir cuando el asfalto de la carretera es tan irregular que se forman grandes charcos de agua estancada.
Ahora que ya sabes qué es el aquaplaning, seguramente te estés preguntando si se puede evitar de alguna manera.
Lo cierto es que existen algunos trucos para prevenirlo, como:
Aunque sabemos que la idea de intentar apurar los neumáticos el máximo posible es tentadora, lo cierto, es que es importante recordar que una profundidad adecuada del dibujo es esencial en cualquier circunstancia.
Si los neumáticos están desgastados, hay muchas más posibilidades de que tu coche haga aquaplaning, incluso a velocidades a las que no te esperarías (más bajas de lo habitual).
A 80 km/h, unos neumáticos nuevos pueden dispersar hasta 30 litros de agua al segundo, y ahora que ya sabes qué es el aquaplaning, comprenderás la importancia de que los neumáticos estén perfectos.
Sin embargo, el uso regular hace que la profundidad del dibujo del neumático se desgaste. En consecuencia, a medida que disminuye la profundidad de la banda de rodadura, los neumáticos dispersan mucha menos agua.
El desplazamiento del agua se reduce significativa y eficazmente, por ejemplo, cuando los neumáticos de los coches sólo tienen 1,6 mm de profundidad en la banda de rodadura.
Los neumáticos pueden seguir conservando una parte importante de su capacidad de desplazamiento de agua incluso después de perder 3 mm de profundidad de la banda de rodadura.
La probabilidad de aquaplaning aumenta drásticamente después de esta etapa. Además, el rendimiento de la frenada se ve afectado por el desgaste de la banda de rodadura.
Según los resultados de las pruebas, el coche tarda más en detenerse por completo a medida que se desgasta la banda de rodadura.
Todo el neumático está cubierto por la banda de rodadura. Los neumáticos modernos vienen con indicadores de desgaste de la banda de rodadura en los surcos principales, lo que significa que la medición de la profundidad de la banda de rodadura debe hacerse allí, por ejemplo, con un medidor de profundidad.
La profundidad mínima legal de la banda de rodadura, en la mayoría de los países europeos, es de 1,6 mm. A partir de ese punto, los neumáticos deben ser sustituidos, ya que la adherencia al asfalto no es la misma.
Sin lugar a dudas, la más sabia estrategia para prevenir contratiempos, es revisar los neumáticos del coche con frecuencia y pensar en sustituirlos a tiempo para que ofrezcan el mejor rendimiento posible.
Además, lo más recomendable es utilizar neumáticos con el mismo diseño de banda de rodadura en las cuatro ruedas.
Las principales funciones del dibujo de la banda de rodadura son eliminar el agua, que, en condiciones de humedad, podría perjudicar la zona de contacto con la carretera, y ofrecer agarre y tracción.
Por todo ello, ahora que ya sabes qué es el aquaplaning, no intentes escatimar al elegir unos neumáticos.
Los conductores deben reducir siempre la velocidad en condiciones de lluvia intensa, independientemente de lo viejos o nuevos que sean sus neumáticos. De este modo, se reduce la posibilidad de aquaplaning.
Sin embargo, en caso de que veas que has perdido el control del vehículo, deja de acelerar de inmediato y pisa el embrague.
Evita a toda costa dar volantazos o frenar de manera demasiado brusca. No obstante, hay ocasiones en las que no frenar repentinamente es imposible. En este caso, la mayoría de las veces, las ruedas traseras seguirán teniendo suficiente tracción para frenar el coche.
Una vez que ya hayas recuperado el control, debería ser seguro seguir conduciendo a menor velocidad en cuanto los neumáticos vuelvan a estar en contacto con el pavimento y se recupere la tracción.
Para terminar, también nos gustaría recomendarte nuestro artículo de cómo conducir con hielo.
¿Te ha gustado esta moto?
Sé el primero en dar tu opinión